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Mensaje desde la Capellanía General


Para iluminar el día de las mamás SENA 2015 y por ellas a cada madre de nuestra tierra colombiana, que viven en una madre patria, plantada en una madre tierra, sedientas, todas, cada día del AMOR de sus HIJOS

No llores tú, hijo mío. ¡Qué malos deben ser esos que siempre te están regañando sin motivo! ¿Te han llamado sucio porque cuando estabas escribiendo te manchaste de tinta los dedos y la cara? ¿Y no les da vergüenza? ¿Se atreverían a llamar sucia a la luna nueva porque se ha tiznado la cara de tinta? Hijo mío, por cualquier cosilla te culpan.


Todo lo tuyo les parece mal. ¿Qué te rompiste tu ropita jugando? ¿Y por eso te llaman destrozón? ¡Y no les da vergüenza! ¿Pues qué dirían de la mañana de otoño cuando sonríe detrás de las nubes rajadas? Pero no les hagas tú caso, hijo mío. ¡Qué bien contaditas te tienen tus faltas!


Todo el mundo sabe lo goloso que eres. ¿Y por eso te llaman tragón? ¿Y no les da vergüenza? Entonces, ¿cómo nos llamarían a nosotros porque tú nos gustas tanto que te comeríamos a besos? (“Mala fama” es el nombre de este hermoso texto del escritor hindú Rabindranath Tagore).

¡OREMOS!




Oremos por las mamás cuyos cuerpos son usados para procrear hijos sin importar nada más; sin importar sus deseos, sus sentimientos, sus proyectos para la vida. Oremos para que en medio de las presiones familiares, sociales y jurídicas estas mamás puedan amar a sus hijos e hijas.


Oremos por las mamás que hoy en el mundo luchan por la vida de sus hijos, esforzándose por conseguir comida, abrigo, escuelas, seguridad.


Oremos por aquellas mamás que de manera generosa no retienen a sus hijos para que ellos puedan servir a la sociedad y al mundo. Demos gracias por las mamás que hacen posible los sueños de Dios y los sueños de sus hijos, y sean mamás de la humanidad.

Oremos por aquellas mamás que de manera egoísta sobreponen sus intereses y necesidades antes que la vida de sus hijos. Oremos por aquellas mamás que fría y duramente abandonan a sus hijos y evitan su responsabilidad.


Oremos por aquellas mamás que hoy siguen perdiendo a sus hijos en las guerras que ni ellas ni sus hijos provocaron; guerras que solo sirven a los intereses de los Herodes de nuestros días. Oremos por tantas mamás que en América Latina, Colombia, el SENA, siguen buscando a sus hijos desaparecidos. Oremos por aquellas mamás cuyos hijos han sido víctimas de actos terroristas, de violencia doméstica o delincuencia en las calles.


Oremos por aquellas mamás cuyo horizonte de vida se ha reducido al espacio doméstico, a las tareas y funciones que la sociedad les imponen. Oremos para que tengan el valor de reclamar sus derechos a estudiar y trabajar, a la superación profesional y al liderazgo; para que puedan exigir una distribución más justa de las responsabilidades en el hogar; para que puedan recuperar su valor propio y dignidad personal.


Oremos por nuestra Colombia, nuestras parroquias y el SENA, para que puedan reconocer en cada mamá a una persona amada por Dios, para que la maternidad sea una vocación a la que Dios les invita y por medio de la cual también servimos a la causa de la vida y de la paz.

Creo que es necesario tener en cuenta los sueños de las mamás, ya sean pequeños o grandes, porque son sueños que, sin perder el poder de la imaginación y la bondad del amor que las identifica, actúan en la salvación, salvan la patria y la tierra donde su nombre propio, de mamás, también se aplica.



Por lo que son y nos han dado… ¡GRACIAS MAMÁ!

AMEN

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