REFLEXIÓN SEMANAL
DESDE LA CAPELLÍA DEL CENTRO DE COMERCIO
Lecturas del Domingo 29º del Tiempo Ordinario-Ciclo B
Primera
lectura
Lectura
del libro de Isaías (53,10-11)
Segunda
lectura
Lectura
de la carta a los Hebreos (4,14-16)
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,35-45)
Una frase me
brota de inmediato al leer el Evengelio de éste Domingo: la contradicción de
seguir a Jesús. Quisiera dar un pco
de contexto a este hecho evangélico que se nos describe en el Evangelio de
Marcos.
Para la comprensión de esta petición de los hijos del
Zebedeo (según Mateo, la petición la dirige la madre de Santiago y Juan) es
necesario tener presentes dos realidades. Por una parte, las costumbres
cortesanas de aquel entonces. En todas las cortes orientales el rey estaba
rodeado de algunos validos que podían “ver su rostro” (recuérdese la historia
de Ester). Esto quiere decir que están siempre junto al rey: son sus amigos,
sus confidentes, sus consejeros. Es un privilegio singular. Y, por otra parte, las
esperanza mesiánicas. Esta petición así dirigida supone una esperanza mesiánica
político-nacional según la cual el mesías tiene un poder político singular. Los
dos hermanos, o la madre, piensan obtener para ellos esos dos puestos
privilegiados de poder.
El seguimiento de Jesús acarrea muchs cosas que son
contrarias a lo que tal vez muchos de nosotros pensamos: poder, puestos,
honores, reconocimientos, etc. Aquellos discípulos primeros de Jesús estaban
lejos de llegar a percibir realmente cual era el verdadero objetivo de la
presencia de Jesús en el mundo; tal vez llegaron a pensar que el “reinado de
Jesús” como se expresa coloquialmente, era la instauraicón de nuev reino
político-militar de aquellos que estan acostumbrados a tener, pues pasar del
dominio del Imperio Romano a otro reino opresor, les daría igual.
Jesús poco a poco irá desvelando que clase de Reino
sería el que estaba dispuesto a construir, pues un Reino que no pasara por la
cruz estaría lejos de las intenciones de Jesús, por eso él mismo les dirá “No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de
beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo
me voy a bautizar?”.
El punto central del Reinado de Cristo, es el servicio y
el llegar a ocupar quizás el último puesto, como lo expresará personalmente a
sus discípulos: “Vosotros, nada de eso:
el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero,
sea esclavo de todos”.
Sencillamente a la luz siempre de la Palabra de Dios,
podríamos preguntarnos ¿qué es lo que buscamos en nuestra vida?: poder,
prestigios, reonocimientos, autoridad, etc, o por el contrario, buscamos servir
sencillamente con cariño, amor, pasión sin buscar nada a cambio al estilo de
Jesús. Ha sido Cristo mismo quien nos ha dado el ejemplo del servicio
desinteresado, poniendo su propia vida como respaldo, pues “no ha venido para que le sirvan, sino para
servir y dar su vida en rescate por todos
P. José Aníbal Rojas Bedoya
P. José Aníbal Rojas Bedoya
Capellán de Comercio