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REFLEXIÓN SEMANAL DESDE LA CAPELLÍA DEL CENTRO DE COMERCIO


Lecturas del Domingo 27º del Tiempo Ordinario - Ciclo B Primera lectura Lectura del libro del Génesis (2,18-24) Segunda lectura Lectura de la carta a los Hebreos (2,9-11) Evangelio Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,2-16)

Cuando se habla de la Familia y del Sacramento del Matrimonio, se levantan muchas y variadas voces, que a razón de pura opinión y de ideales de cómo debería ser y demás argumentos, poco ayudan a vislumbrar su grandeza y necesidad en la sociedad actual. El próximo 4 de octubre se dará inicio a un nuevo Sínodo de las Familias, convocado por el Papa Francisco cuyo tema es 'La vocación de la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo'. Conocido es por todos que el núcleo familiar está afrontando grandes y graves problemas que van haciendo mella en medio de la sociedad, pues la pérdida de valores como el diálogo, el respeto y la identidad entre otros, ponen en el ojo del huracán esta discusión tan actual y necesaria. Muchos han sido y seguramente serán las propuestas que tiene la sociedad moderna con el tema de las familias, -quizás cómo deberían ser- pero a lo que apunta seriamente este nuevo Sínodo es a que miremos no con apasionamientos y sentimentalismos el núcleo familiar, sino a que juntos construyamos familias unidas y en paz, que sigan marcando el rumbo de una nueva sociedad que necesita necesariamente volver a rescatar la necesidad y la identidad de ser Familia. La Palabra de Dios, sí que ayuda a que tengamos esa mirada, pues en esta domínica, es el mismo Señor quien aclarándoles dudas a los pertenecientes al partido de los fariseos les deja ver que en la antigua ley de Moisés, el divorcio se permitió por “Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto”, pero lo que Dios quiere es que permanezcan unidas “De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”. Tratemos cada uno de nosotros de dimensionar la importancia del núcleo familiar y su incidencia en la sociedad, para que verdaderamente le demos la importancia que ésta se merece y no tengamos que seguir lamentando la destrucción de una sociedad por la falta de familias y la irradiación de sus valores.

P. José Aníbal Rojas Bedoya
Capellán de Comercio

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